“¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido?”
Isaías 57:11
Estamos viviendo tiempos de inciertos y de muchas interrogantes: ¿Hasta cuándo durará esta pandemia? ¿Podré salir de esto? ¿Encontrarán la vacuna? ¿Me alcanzará el dinero, los remedios y mi estado de ánimo? ¿Volverá a ser todo lo mismo?
Estas son preguntas lógicas que en lo natural todos nos podemos hacer y de hecho seguramente ya nos las habremos hecho, pero en la realidad espiritual, cuando hay interrogantes no hay fe.
Una cosa es segura y no admite duda. Dios es el mismo y no cambia. (Hebreos 13:8)
En una escena en los Evangelios, Jesús le preguntó a sus discípulos que navegaban en
un barco contra una tempestad muy fuerte: “¿Dónde está tu fe?” (Lucas 8:25) y esta misma pregunta tú puedes estar recibiéndola hoy día.
Siempre tenemos que vivir por fe, pero sin duda estos son tiempos para echar mano a la fe y hacerla una realidad de vida.
- ¿Acaso no dice la escritura que debemos vivir por fe? (Romanos 1:17).
- La fe es la virtud por excelencia que hace posible lo imposible (Lucas 18:27).
- La fe de Dios ya fue sembrada en tú espíritu. Tú tienes una medida, úsala (Romanos 12:3).
- Ya crees en Dios, ahora piensa y medita en Él y la paz vendrá sobre ti en cualquier situación (Isaías 26:3).
- Ya recibiste la autoridad y el Poder de Dios por su espíritu. Levántate en autoridad sobre toda duda (Lucas 9:1).
- Ya tienes el nombre del que vive y en su nombre hay poder (Juan 14:13).
George Müller dijo: “Las dificultades son la comida con que la fe se alimenta”
Es tiempo de valorar la fe, no la religiosa, ni la tradicional, sino la real. Es necesario tenerla en cuenta y que se vea en ti al levantarte y al acostarte. Dios mostrará su poder y su bendición en tu vida y en los tuyos.
Oración
Querido Dios, reconozco mis debilidades en todo tiempo. Hoy quiero valorar la fe que me has dado y que sea la fortaleza espiritual que active mi relación contigo en todo tiempo. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.