“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”
Juan 3:16
Este texto representa la expresión máxima de ese amor.
Dios ya empezó a valorar ese amor por medio de Jesús.
Ahora vivimos queriendo recibir amor en forma inconsciente o consciente a través del reconocimiento que otros hacen de nuestra persona y esto no está mal. Pero lamentablemente este sentir sano muchas veces no es satisfecho y escasea. Transitamos la vida buscando y buscando la aprobación de los demás, sin que los demás se den cuenta.
Las personas se olvidan, dejan de lado, tienen preferencias, egoísmo y orgullo que interfiere en sus relaciones, y aun así seguimos esperando que eso un día cambie. Y más en este tiempo de cuarentena en donde puede haber crisis en la familia, en lo social y/o en lo personal.
Hoy más que nunca se necesita el llamado telefónico que nos felicite, que nos digan que nos recuerdan con cariño, que muestre que somos necesario para algo ya que no tenemos el abrazo, el beso, el apretón de manos sincero al que estamos acostumbrados.
El único que nunca cambia es Dios. De hecho una prueba de eso es cómo nos demuestra su amor:
- Hoy con Su acción te aprueba para que recibas Su salvación.
- Hoy con Su acción te está diciendo que tus pecados te son personados y que tiene una vida mejor para ti.
- Hoy con su acción te dice que con Su amor por medio de Jesús lo tienes todo.
Recíbelo por fe, abrázate a Él. Él ya te abrazo a ti ¿Lo sientes?
Oración
Señor Dios Todopoderoso, que el amor tuyo me envuelva en este momento y siempre. Hoy quiero recibir tu abrazo y aliento que me hace falta. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.